16.000 millones de dólares es el precio que ha tenido que pagar Facebook por la compra del servicio de mensajería online: Whatsapp.
Si bien se percibía algún movimiento en el mercado por parte de Facebook, la noticia ha sido una total sorpresa. Sin duda, Facebook se está convirtiendo en el especial demonio de nuevo siglo. Así como Microsoft con su Windows fue tratado como un auténtico demonio monopolista que imponía sus aplicaciones, navegadores y formatos, y que se dedicaba a comprar aplicaciones y ponerle su marca en vez de innovar y crear, parece que Facebook toma el testigo para convertirse en el nuevo demonio de la tecnología.
Muchos dirán que el demonio es Google, quien todo lo espía, el que sabe todo de nosotros, pero personalmente, Google crea e innova, con productos nuevos y útiles servicios. Desde luego que no se trata de una compañía benefactor, y que su objetivo final es seguir almacenando información para poder usarla, de forma inmediata o en un futuro, cuando tuviese valor.
Google, creó una red social, compró Instagram porque no podía competir con él, compra Whatsapp porque su servicio de mensajería no puede competir… compra, pero no crea, no desarrolla…
Pero la noticia no ha podido llegar en mejor momento: ahora que Telegram ha conseguido que se hable de él y se establezca como una alternativa gratuita a Whatsapp, válida, con más funciones y además… los datos y conversaciones no se los queda Facebook.
Sinceramente… yo soy de los que prefieren abandonar Whatsapp antes que saber que mis conversaciones van a para a Facebook.
Ya abandoné Instagram… adiós Whatsapp.
